De toda la vida, si una empresa era tuya, te hacías llamar dueño; y si la habías fundado eras el fundador, mientras que si la administrabas, los demás decían de ti que eras el administrador.
Lógico, ¿no crees? Pero ahora no es así…
La web 2.0 y las redes profesionales han traído consigo la entrada abusiva de términos ingleses para definir los puestos de la organización de una empresa (hasta entonces prácticamente sólo conocíamos lo español, por lo menos la gran mayoría de nosotros) y, como queda muy chulo y profesional, pues aquí, en España, empezamos a copiarnos y a usarlos (sí, yo me incluyo): Owner, developer, analist, enterpreneur, speaker, consultant, CEO, estrategist… Términos que tienen traducción en español pero como nos emperramos en menospreciar nuestra lengua (con lo rica que es!), siempre terminamos por adueñarnos de los términos anglosajones.
Una razón para usarlos debo suponer que es la de internacionalizarnos, dar a conocer nuestro talento al resto del mundo. Esto lo entiendo y veo lógico y adecuado para el grupo de pocos y afortunados españoles que dominan la lengua inglesa. La otra razón debe tener algo que ver con un cierto esnobismo, eso de “porque queda bien”, porque al gran grupo de españoles que hablamos inglés nivel medio (o eso decimos) nos cuesta bastante familiarizarnos con tanto término anglosajón. O puede ser, tal vez, que las estadísticas se equivoquen y en España haya mayor nivel de inglés del que nos cuentan.
Todo esto viene a colación porque últimamente se aprecian muchos cambios y actualizaciones en los puestos de trabajo de muchos perfiles en redes profesionales como LinkedIN, o incluso en Twitter o hasta en Facebook. En concreto, a mí me sorprenden mucho los CEO. Lo más curioso resulta cuando ya empezamos a hacer mezclas algo estrambóticas, que si CEO Founder, CEO manager, Director CEO, gerente CEO y un sinfín de combinaciones, permutaciones y variables interminables.
Cierto es que cada uno maneja su perfil profesional a su gusto y crea su marca personal como mejor le parece o considera, pero ¿realmente le damos a esta palabra el sentido que tiene?. Esta reflexión hace que me plantee algunas cuestiones más: ¿el nivel de los directivos ha crecido en el país? ¿Hemos aumentado nuestro nivel de inglés y ya no somos de los los peores de Europa?
Por cierto, esto es lo que «dice» wikipedia de los CEO.
¿Y tú qué opinas? ¿Conoces algún «CEO-raro» que no haya nombrado?
La culpa del CEO (y de otros tantos anglicismos del sector) la tiene en parte el SEO, a mi modo de verlo, ya que, hasta hace bien poco, todo el mundo buscaba posicionar por esos términos en Google, por ser los más buscados (aunque no nos engañemos, términos como «briefing», «timing», «planning», «brainstorming», etc ya se usaban en el 93, cuando ni internet ni el SEO habían aparecido en nuestras vidas…).
También es cierto que hasta hace poco, muchos portales de empleo y redes profesionales, a la hora de clasificar tu actividad profesional, te obligaban a escoger entre un listado de términos predeterminada en inglés. En los portales españoles podemos comprobar que, a día de hoy, han mejorado mucho ese aspecto, porque en la mayoría ya se puede personalizar, pero dentro de ellas, también hay que tener en cuenta cómo nos buscan generalmente los demás usuarios y las recomendaciones para el propio SEO interno, no? hace poco cambié mi perfil de Linkedin, precisamente, con idea de «españolizarlo» más y mi visibilidad ha disminuido bastante, pero también hay que buscar los nichos, no? Y pensar en cómo nos buscaría realmente nuestro público objetivo 😉
Por eso no sé… quizás cada vez tenga menos culpa el SEO y la configuración de los portales y más el esnobismo (o la costumbre, simplemente!), pero no sé, cada cual tendrá sus motivos.
Personalmente, combino ambos idiomas pero, cada vez más, utilizo el español, aunque el claim de mi marca (gestada hace ya tiempo) está precisamente en inglés (¿Alguien se anima a rediseñar mi marca por el método del intercambio? ;))
Por eso, como dice Cristina, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra…
Hola Silvia.
Yo conozco un público objetivo al que llamamos «target», informes a los que llamamos «briefing», planificaciones temporales a las que llamamos «timing» y palabras clave a las que llamamos «keywords». Siempre he pensado que usar anglicismos no nos hace más interesantes ni demuestra que dominamos mejor un tema sino más bien demuestra que no conocemos las soluciones que nos propone nuestra propia lengua. El sentido común me dice que deberíamos decir «target» o «keywords» cuando hablemos en inglés y «público diana» o «palabras clave» cuando hablamos en castellano. Pero quien esté libre de pecado…
Saludos